domingo, 21 de febrero de 2010

Un peronista en la cola.

Cada vez que mis desvaríos se cansan de que los ande paseando por otros lugares y (aunque más no sea por un breve lapso) se ausentan de mí, observo el cartel y escucho los murmullos de la resignación.
En épocas como las que nos toca vivir, en las que el periodismo no discrimina y reparte odio a todos por igual, cualquier sala de espera aglutina batracios parlanchines que a pesar del rechazo visceral que ostentan por el anarquismo (y más por el militante) se sienten atraídos por la sola idea de la destrucción del Estado.
El de traje por ejemplo, (el cual esta convencido que debido a su atuendo se lo debe escuchar con mas respeto que a los que atan con cordones su calzado), ensucia con palabras execrables al país (el mismo en el que muchos de los que esta leyendo esto ha nacido y del cual al menos yo me siento parte); y no contento con eso, el de traje, también compara a la Presidenta con una extraña garrapata que solo absorbe la sangre de la humilde clase media: clase de gente decente que lo que tiene se lo gano con su trabajo, que no roba, que no vive de los demás, no se droga, no dice malas palabras, y sobretodo, no peca de soberbia ni peca de nada.
Intentando que mis desvaríos se apoderen hasta de mis orejas para no contestarle (lo cual provocaría una batahola), me balanceo y miro a un punto fijo. Sin querer noto que el señor que otorga no se que clave introductiva me observa y al unísono levanta las cejas y hace la mueca que corresponde al siete de espada (los que juegan al truco saben de que hablo) para, segundos mas tarde, incorporarse e ir hacia un sector en el cual ya no se lo puede ver por los mortales que estamos haciendo la fila.
En eso, mientras intento divagar por algunas ideas que podría aprovechar para empezar a escribir mientras me encuentro a la espera de que en el cartel electrónico aparezca mi numero, una señora (que aparenta haberse comido un Fíat 600) acusa no hallar la diferencia entre esta "cola" y lo que le paso hace unos días cuando intento cruzar un puente (deduzco que es el Pueyrredón) y no se lo permitieron los piqueteros. Acto seguido, compara sin ningún escrúpulo el color de piel de aquellos trabajadores desocupados con una sustancia mas o menos viscosa (eso depende) de olor nauseabundo: la mierda. Y lo mas lindo es que lo hace sin que se le sonroje ninguno de los blancos cachetes que dan a su rostro el aspecto de "una grande de muzarella", pero sin salsa.
Bufo para que me escuche e intento convencer a mi temperamento que si intervengo en la conversación nos vamos a terminar agarrando a trompadas entre todos. Me llevo las manos a la cabeza y hago el gesto de alguien que quiere quitarse una mascara demasiado pegada.
El letrero que esta debajo del cartel electrónico me niega la posibilidad de (aunque mas no sea) calmar las ansias de asesinar al gorila obeso con un poco de tabaco.
Mi numero no esta tan cerca.
Evalúo que deben faltar cuarenta y cinco minutos mas para que me atiendan y como buen iluso me aboco al decimonoveno intento de abstraerme; y en este caso traigo a mi memoria un libro de John William Cooke que últimamente empece a llevar conmigo.
Comienzo a buscarlo en mi bolso hasta que aparece en escena un dúo que se pregunta, se contesta, en el medio propone la pena de muerte y (en circulo vicioso) se vuelve a preguntar: ¿si esto sigue así, adonde va a ir a para la gente como uno?
Al principio (hasta) me resulta gracioso y ensayo un pensamiento en el que imagino a la apropiadora Ernestina Herrera de Noble dándole una patada en el culo a Santo Biasatti y María Laura Santillán, los conductores del noticiero de Canal 13, y suplantándolos por estos dos nostálgicos de la picana eléctrica, ya que mas fatalista que este dúo de búhos no va a encontrar en ningún lado.
Ella con el aspecto físico de la novia de Popeye y una sorprendente similitud ideológica con la inquisidora chaqueña "Lilita" Carrio, vociferando orgasmicamente que esto se acaba; y que la Presidenta (la cual según esta señora parece encontrarse afectada por elefantiasis vaginal porque no para de decirle “conchuda”) tiene los días contados.
Él, con cara de peine, peinado de cepillo de dientes a lo Ricardo Fort, y un bigote que por lo que dice y lo que piensa bien podría recortárselo en los costados, dictaminando con el índice en alto y gritando de izquierda a derecha (como si estuviéramos en un cuartel) que este gobierno montonero no llega a las pascuas.
No puedo evitar sonreír ante el solo hecho de imaginar la reacción de semejante gusano si supiera que yo entiendo al peronismo como el movimiento revolucionario de masas más importante de la Argentina y por el cual miles de compatriotas lo dieron todo, incluso la vida, y que aparte, a causa de eso: de entender al peronismo como lo entiendo y como lo milito, estoy postulado como delegado sindical por mis compañeros de trabajo.
Se me ocurre pensar que este compadrito de La Recoleta optaría entre salir corriendo a esconderse abajo de su cama, o (como sólito no se la banca) intentaría hacerme linchar por los que también están en la fila acusándome de haber sido yo el que prendió fuego la Catedral metropolitana allá por 1955 cuando los marinos y el Vaticano bombardeaban la Plaza, o alguna que otra pelotudez por el estilo.
En un descuido mi sonrisa me delata. El de bigote me mira y con la supuesta sabiduría que se complacen en ostentar los que crecieron escuchando las canciones inútiles del "Club del Clan", agrega que los jóvenes no sabemos que "los zurdos", cuando tienen poder, son más peligrosos que perro malo, y que eso se debe a que no vivieron las épocas en la que los terroristas ponían bombas hasta en las escuelas.
El mío es el próximo numero, y aunque no deseo iniciar una discusión política con estos oyentes de Radio 10 (esos que después se dejan insultar por el enano fascista de Baby Echecopar), no evito decir que luego de haber pasado mas de una hora y media en este sitio, pero sobretodo de haber escuchado durante ese lapso como (quienes se dicen respetables señores y señoras de esta sociedad) extrañan volver a la Argentina de la dictadura militar, con todo lo que ello implicó e implica para los que no tienen ni tuvieron nada, ni bien salga voy a pasar por un "ciber", imprimiré la foto mas grande que encuentre de Cristina, y la voy a pegar en la ventana de la casita que alquilamos con mi compañera; ya que si pichones de Massera como los que oí y escuche en esta sala de espera voltean a este Gobierno y toman el poder como hicieron en el 76, yo estoy seguro que vamos a ser muchísimos los que saldremos a darles batalla.
El silencio invadió la dependencia y cobardemente la del Fíat 600 ensayo un insulto de esos que solo pueden ofender a los que tienen “clase”.
El bendito cartel anunció mi turno. La empleada de la ventanilla me miro con picardía cómplice. Presente lo que me mandaron presentar (yo trabajo de eso) y una vez devuelto el tramite, enfile hacia la salida, camino que memorice de antemano la primera vez que se me cruzo por la cabeza el terminar a las trompadas acá dentro.
Estaba a pasos de estar fuera cargando a mis espaldas un cuarenta por ciento de miradas inquisidoras, y otro sesenta de los que observaban esperando que alguien intentara atacarme para defenderme, cuando me detuve. Por un segundo pense en poner los dedos en V y gritar ¡Viva Perón carajo! Pero en vez de eso, y aprovechando el enmudecimiento que se provoca en algunas capas sociales cada vez que "un negrito" (motoquero, albañil, tachero, o lo que sea) piensa; y encima dice lo que esta pensando, gire y sin gritar (el silencio se podía ver en el aire), les dije: "a todos los que no piensen en hacer (ni en colaborar para) que en la Argentina suceda lo mismo que sucedió en Honduras, los veo en los próximos festejos del Bicentenario en la Plaza de Mayo, cuando a diferencia de hace cien años, seamos los laburantes los que festejemos los 200 años de nuestra querida Patria.
Antes de cerrar la puerta fui yo quien escuchó un potente: ¡VIVA PERÓN CARAJO!
Volví a sonreír satisfecho y dije en voz alta: “manga de gorilas, ahora ya saben lo que es tener un peronista en la cola”.
Ahí mismo se desato mi carcajada.


AGRUPACIÓN NORMA ARROSTITO
Nacional, popular e indigenista
“Para que reine en el Pueblo, el amor y la igualdad”
anarrostito@gmail.com

martes, 9 de febrero de 2010

1946- 24 de febrero-2010

El 24 de febrero de 2010 se cumplen 64 años del primer triunfo popular del entonces coronel Juan Domingo Perón, en el cual el Partido Laborista con la formula Perón-Quijano se alzo con el 56% de los votos por sobre el binomio de la Unidad Democrática (Tamborini-Mosca) que obtuvo el 44% de los sufragios.
La Unidad Democrática de aquel entonces estaba integrada por la Unión Industrial Argentina, la Sociedad Rural, la Unión Cívica Radical, el Partido Demócrata Progresista, el Partido Socialista de Repetto y Palacios, el “nunca bien ponderado” Partido Comunista, y había sido engendrada e impulsada en la embajada yanqui por su representante diplomático, Spruille Braden.
De este modo, en la Argentina del siglo XX, se inauguraba lo que por estos días se da en llamar “bolsa de gatos”, en la que posiciones supuestamente antagónicas (la gorilocracia y el internacionalismo) establecían alianzas estratégicas para combatir al pueblo peronista.
A poco de iniciado el siglo XXI y tomando a la Unión Democrática como antecedente, nos damos cuenta que cualquier semejanza entre Claudio Lozano y Biolcatti cuando se unieron para oponerse a la resolución 125, o entre Tumini y “Lilita” Carrio al juntarse para repartirse las comisiones en la Cámara de Diputados, no es pura coincidencia, sino más bien responde al odio visceral que en el fondo, (o en la parte de adelante de sus ideales) tanto los que hambrearon al pueblo con políticas neoliberales, como los que se autoproclaman como únicos defensores de los ninguneados, sienten por la identidad política de las masas: el peronismo, y por el líder de dicho Movimiento, el general Perón, que aunque ya hace 36 años que paso a la inmortalidad nos dejo como legado su doctrina de liberación, y las veinte verdades peronistas; una de las cuales afirma: “La política no es para nosotros un fin, sino solo el medio para el bien de la Patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza Nacional”
A 64 años de que los “cabecitas negras” se hicieran del Gobierno y como contrapartida de que hayamos vencido al “fraude patriótico” al que los conservadores nos tenían acostumbrados. A casi seis décadas y media de que “el lumpen proletariado”, siempre menospreciado por los intelectuales de la izquierda dogmática, comience a vislumbrarse en el horizonte político como el Movimiento Obrero Organizado que, por ejemplo, hoy ostenta el sueldo mínimo mas alto de toda Latinoamérica; pareciera que los derrotados de aquella histórica jornada (en 2010 y con otros directores) estén queriendo reeditar la película de terror que la oligarquía, la Marina y el Vaticano estrenaran el 16 de Junio de 1955 con los bombardeos a Plaza de Mayo. Y si bien es cierto que a ninguno de los actuales “contreras” hoy les da los huevos ni los ovarios para repetir la misma escena, mas de uno/a, en la intimidad de una cena con Magnetto, o embriagado por la omnipotencia golpista que se respira en el estudio donde se graba el programa de Mariano Grondona, anda ensayando para calzarse la banda que hoy luce con orgullo peronista en el pecho la Compañera Presidenta.

Los matones en bicicleta y los radicales a pie

“El peronismo será revolucionario o no será nada” dijo la Eva, y en esa lucha estamos desde Manuel Ugarte, Cooke, Envar el Kadri (y tantos otros) en adelante; en la lucha contra propios y extraños que intentaron (y aun intentan) que el Movimiento de masas más grande e importante de la Argentina trabajadora se transforme en un partido burgués al servicio de los que viven de los que trabajan o de los que nos sumieron en el infierno neoliberal, atacándonos con el exilio, la desaparición, la muerte, la cárcel, e incluso como algunos lo hacen ahora, queriendo hipotecar nuestra militancia revolucionaria con ofrecimientos a cargos en un hipotético gobierno del impresentable de Eduardo Duhalde, que a través de los mercenarios de los distritos, o de los que últimamente se convencieron que el único modo de hacer política es de arriba hacia abajo, pretende que le lustremos las botas a los mismos que siempre nos persiguieron.
Sin embargo compañero/a, ser peronista revolucionario no resulta tarea fácil, nunca lo ha sido. Como nos decía “el chino” de La Cámpora de Morón el otro día en la mesa política que sé esta armando: “hay muchos que no soportan que uno ande caminando el barrio y si es necesario calzarse un “jetra” se lo calce para ir a disputarle poder a los que solo pretenden resolver los problemas sociales desde los despachos”.
A lo aportado por “el chino”, y con el objeto de tomar conciencia de que precisamos algo mas que romanticismo y mística para llevar adelante la militancia (a veces también hace falta una elevada dosis de paciencia para no romperle la cabeza a alguien) habría que sumarle la “sabatonica” teoría de “los dos demonios” impuesta a partir del informe de la Co.Na.Dep. (Nunca Mas) por los conservadores y radicales; teoría que no hace mucho, en el programa que Mauro Viale tiene en Canal 26, Ricardo Alfonsín, en una discusión con Estela de Carlotto acerca de los jóvenes que mantiene secuestrados Ernestina Herrera de Noble, saco de la galera con el desparpajo típico de un radical portador de apellido con cara de naipe, al que algunos en su partido vislumbran como un potencial candidato a presidente.
Sin ir mas lejos, y a modo de merecido homenaje a los muchachos de Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (F.O.R.J.A.) que allá por 1945 supieron leer correctamente el proceso de liberación que llevo adelante el coronel Perón, (Arturo Jauretche, Homero Manzi, Scalabrini Ortiz, por citar a los mas renombrados), comentaremos, como quien no quiere la cosa, una curiosa pintada que realizo una agrupación perteneciente a la Unión Cívica Radical llamada “Los Irrompibles” en el túnel de la calle Yatay (Caballito) en la cual decía: “Las reservas son para el desarrollismo y no para pagar la deuda"” y en la que, de paso cañazo, se llamaba a “radicalizar la democracia”. Uno, ante este tipo de consignas, políticamente muy épicas, inevitablemente se pregunta si estos (¿se siguen diciendo correligionarios?) sufren algún tipo de amnesia que no les permite recordar que papel decidió asumir la U.C.R. desde el 17 de Octubre de 1945 en adelante, o si serán evangelizadores de la Iglesia Universal que se infiltraron en el partido de Alem con el objeto de redimir tarados. Y si se quieren ofender, que se ofendan, mas ofendido sigue estando el Pueblo con las consecuencias que dejaron todas las veces que nos mal gobernaron.

Las botas a los cuarteles y Juan Domingo al Poder

De seguro, alguno/a de los/as que este leyendo este correo recordara las marchas en repudio al golpe del 24 de Marzo en la etapa de la resistencia al virrey de Anillaco (e incluso antes) cuando los peronistas éramos acusados por la izquierda “liliputiense” (que sí bien es cierto no pretendemos darle entidad como enemigo, en ocasiones hace todo para parecérsele tanto) de colaboracionistas, instigadores, cómplices, etc. del genocidio.
Ayer la Compañera Silvia (de Familiares) en una charla política que se dio en medio del cumpleaños de Luan, rescataba del olvido aquella oportunidad en la que un dirigente de izquierda, a poco del golpe de videla y cia., comentaba sin tapujos que ellos matarían a los milicos pero también a los peronistas que los habían traído.
De seguro también, mas de uno/a se acuerda del caldo de cultivo que sectores del radicalismo (con el Dr. Ricardo Balbín a la cabeza), los conservadores, y sectores de izquierda promulgaban antes del 24 de Marzo de 1976, y hasta se atreva (nosotros lo hacemos) a comparar aquel comportamiento “pacificador y democrático” con el de Gerardo Morales cuando habla de una Milagro Sala armada hasta los dientes y pegándole a las mujeres jujeñas, o con el de Luis Juez comparando a Cristina Fernández de Kirchner con Isabelita (si hasta los del CdeO lo deben estar puteando), o con el comportamiento de los mas cautelosos, que a su vez son los mas fuertes: los de la Sociedad Rural y los de Duhalde, los primeros con el objetivo de que los K sean desplazados del poder antes de los festejos del bicentenario para revivir la bonanza en la que se encontraban los TODOTENIENTES para el cumpleaños cien de la Patria, y los segundos intentando pocisionarse a como de lugar en el ideario de sectores reaccionarios, utilizando (si hace falta) desde la desesperación popular por un flagelo que nos esta costando la vida de muchísimos hermanos como lo es “el paco”, hasta la vergüenza y la indignación que sienten los nostálgicos de la picana por ver al gusano de alfredo astiz sentado en el banquillo de los acusados (y si hay que pedir que los milicos salgan a la calle lo tienen al “jefe” que se sienta a negociar con Cecilia Pando)
La cuestión es que así como hace Todo No (ósea, TN) con Rodolfo Walsh cada vez que se acerca la fecha de su secuestro, muchos caras duras (que porque leyeron “El Capital” se creen que bajaron de Sierra Maestra) también niegan la identidad peronista de la gran mayoría de los compañeros que combatieron, desde el 55 en adelante, contra la oligarquía y el Imperio, lo que inevitablemente implica que haciéndole desaparecer su identidad política, inconsciente o concienzudamente los estén haciendo caer o desaparecer dos veces. Y no crean que esta peculiar manera de reivindicar a los combatientes trasformándolos en apenas “militantes populares comprometidos” es un error involuntario producto de malas lecturas de aquel nefasto proceso, ya que con el Compañero Jorge Julio López lo siguen haciendo como si nada.
El peronismo, le guste a quien le guste, nunca golpeo las puertas de los cuarteles como las viene golpeando la apostólica Elisa Carrio con su “canción desesperada” en forma de carta a las embajadas de las potencias que se sostienen explotando a los pueblos (sobretodo a los pueblos latinoamericanos), o tal cual lo hizo el Dr. Duhalde remarcando una supuesta humillación de las FFAA y su necesidad de que los milicos intervengan en la seguridad interior.
Por el contrario, los peronistas luchamos para transformar la realidad de los humildes con mas y mejores políticas sociales, tal cual, a pesar de los palos en la rueda que nos pone la oposición, lo estamos intentando ahora desde un Gobierno que nos representa (sin que ello implique no sentir la necesidad de empujarlo, desde abajo, a la profundización de la redistribución equitativa de la riqueza) y por supuesto, desde las bases que nos respaldan
Siempre que los peronistas nos levantamos en armas ha sido en defensa de los intereses de las clases populares, y lo hicimos contra la oligarquía, los vendepatria, y los cipayos: sean estos integrantes de la aristocracia, feligreses de la cruz y la espada, o de castas militares que mancillaron los nombres y la historia emancipadora de San Martín, Güemes, Juana Azurduy, Belgrano, Perón, o Valle; y genocidaron al pueblo siguiendo las ordenes del libre mercado proveniente de Washington.
Entonces, en épocas como la que nos toca vivir, en la cual la derecha pretende hacernos retroceder treinta años, (mientras Tumini y Solanas siguen soñando con el tercer movimiento histórico haciendo piquetes con los ultra revolucionarios que se pusieron del lado de campo en las retenciones, o sacándose fotos con Carrio y Stolbizer en la puerta de los tribunales de Comodoro Py cuando van a denunciar a la Presidenta por abuso de autoridad o por hablar de los chanchos), nosotros invitamos a todos los hombres y las mujeres que se sienten hermanos y hermanas a seguir luchando, o a empezar a luchar si todavía no lo han hecho, para que de veras veamos la luz del día todos y todas; tanto los que hace mas de doscientos años hemos sido despojados de nuestras tierras, como lo que hemos nacido en la oscuridad de la noche neoliberal que han implantado en la Argentina los portadores de las armas, las damas de la caridad, y los dueños de las vacas.
Compañeros y Compañeras, el próximo 24 de Febrero, cuando recordemos el sesenta y cuatro aniversario del primer triunfo popular que a partir del 4 de junio de 1946, al asumir la Presidencia Juan Domingo Perón, se tradujo en el mejor gobierno que conocieron los humildes de la Patria, renovemos nuestra fuerza combatiente y nuestra voluntad militante en pos de aquello por lo que soñaron nuestros antecesores: Una Patria Justa, Libre, y Soberana.

Agrupación Norma Arrostito
Nacional, popular e indigenista
¡Unidos somos fuertes, organizados somos invencibles!


PD: Desde la Agrupación Norma Arrostito le deseamos una pronta mejoría al Compañero Nestór Kirchner. ¡No le aflojes, pingüino!

viernes, 5 de febrero de 2010

Aguante Galasso!

jueves 4 de febrero de 2010

RESPUESTA DE NORBERTO GALASSO A PINO SOLANAS



El 19 de enero último, desde INFOSUR, página web de Proyecto Sur, me han lanzado un agravio que me veo obligado a responder.Desde INFOSUR me califican de “gran historiador”, autor de “un libro fabuloso”, “una obra clásica sobre la Deuda Externa”, al igual que la “maravillosa biografía San Martín” y me tratan reiteradamente de “querido compañero”, para, después, lanzarme esta baja puñalada: “¿Qué hacemos ahora con esas cuatrocientos páginas (del libro sobre la Deuda Externa)...?”, como diciendo: “nos las vamos a meter en cierta parte” pues el autor sería un traidor, se habría quebrado, estaría al servicio del gran capital financiero internacional. Todo esto con motivo de que he sostenido que “ahora es difícil desentrañar la ilicitud de parte de la deuda” y que varios gobiernos le han dado “una especie de legalización” al renegociar sobre ella aunque igualmente “hay que investigar los ilícitos”, pero que lo más importante “es unir a América Latina en el no pago y patear el tablero” porque la cuestión no es tanto tener razón “sino tener fuerza”.Curiosamente, la nota de Infosur prueba mi coherencia. Se inicia con una frase de mi libro: “La deuda ha operado como un instrumento de saqueo y sumisión semicolonial” (2002).Y concluye con otra declaración mía, actual: “Ahora hay que favorecer la unidad latinoamericana y proponer que todos los países denuncien que fueron estafados y que no se paga”. Mayor coherencia, imposible. En “Cash”, del 24/1/2010, sostuve lo mismo: “Hay que investigar y reforzar nuestro poder para decidir en conjunto. A las finanzas internacionales no les importa cuándo (ni cómo) se contrajo la deuda. Hay que finalizar este proceso de otra manera, a partir de la unidad latinoamericana, donde todos los países puedan expresar una opinión común frente a los acreedores internacionales”.Es decir, hay que investigar y hay que poseer suficiente fuerza para no pagar. Hoy no contamos ni con una cosa, ni con la otra, pero el objetivo final es el no pago. Disentimos, eso sí, en la táctica, como también disentimos en la táctica general que desarrolla Proyecto Sur en política.¿En que disentimos? En primer término, en que no se trata de quien grita más fuerte ni quién se escandaliza moralmente contra los piratas internacionales, sino en tener la fuerza suficiente: un pueblo movilizado y consciente del problema, capaz -como lo han sido los cubanos- de aguantarse todas las represalias, inclusive un bloqueo. Por eso, es imprescindible una acción concertada de América Latina -que va camino a su unificación- para patear el tablero. En la discusión con los filibusteros, estábamos mucho mejor parados en 1983, como ha dicho la Presidenta, porque salíamos de una dictadura y habíamos allanado el estudio Klein Mairal y Olmos había presentado su acusación... pero también es cierto que no teníamos fuerza y Alfonsín tampoco tuvo audacia y concluyó claudicando en ésta, como en otras cuestiones. Después hubo canje de títulos que complican nuestra argumentación respecto al comprador de buena fe y sucesivos gobiernos pagaron y renegociaron y se negaron a analizar lo rescatado en el estudio Klein, así como la acusación de Olmos que el juez Ballesteros remitió al Congreso. En 1999, recuerdo que fuimos al Congreso con Olmos, Norberto Acerbi, Luis Donikian, Carlos Juliá y unos pocos más -no estaban muchos que ahora levantan su voz y celebro que ahora lo hagan-, pero, entre los diputados, solo Alfredo Bravo y Luis Zamora –más allá de mi disidencia política con ellos- se preocuparon por escuchar el alegato de Olmos. Y no pasó nada.Después vinieron otras negociaciones, entre ellas, la quita de la época kirchnerista. Nos guste o no, implícitamente también la quita significó lo que llamé “una especie de legalización” y que tanto ha irritado a Infosur. Pero de ninguna manera digo que no hay que investigar. Tampoco propongo no pagar mientras no tengamos fuerza para desconocerla. En fin, insisto, se trata de diferentes tácticas, porque las tácticas cambian según el momento histórico y no hay por qué injuriar ni descalificar cuando coincidimos en lo central: que fue una estafa y que, cuando podamos, debemos declarar que la deuda es cero. Ahora bien, como el “querido compañero” se preocupa y no sabe en qué lugar colocarse mis 400 páginas del libro De la Banca Baring al FMI, voy a tranquilizarlo con respecto a mi supuesta traición.Entonces, empiezo para disipar dudas: con 50 libros publicados (discúlpeme pero hay tanto soberbio suelto que por una vez puedo violar mi modestia) nunca he sido invitado al programa de Mariano Grondona, ni he almorzado con Mirtha Legrand, ni me he abrazado con gorilas como Carrió, ni he coincidido con Pinedo (ni el abuelo, ni el nieto), ni he sido cómplice de la Sociedad Rural en ninguna votación. Tampoco me reportean ni “La Nación” ni “Clarín”, así que puede estar tranquilo. Esa gente sí tiene conciencia de clase, no la que supone Pitrola que deberían tener los trabajadores. Son clasistas en serio y hay que tener cuidado porque a veces son muy amables y si pueden, lo usan a uno.Le sigo contando para que vea que no estoy “quebrado”. Vivo en Parque Chacabuco, un barrio de clase media, en una casa con pileta... de lavar la ropa. Una sola casa (herencia familiar) no dos, porque se sabe que alguna gente tiene dos: una para vivir y otra para albergar el ego. Tampoco tengo auto. Viajo en subte (vocación de minero, como decía Unamuno). Futbolísticamente soy de San Lorenzo que ya es demasiada carga para andar por la vida. Cobro la jubilación mínima y subsistimos con mi familia con algunos derechos de autor y un modesto alquiler de un local de esa vieja casa paterna... Usted, “querido compañero”, dirá seguramente: -Aquí te pillé, ¡eres rentista! (Carlos Marx seguramente no me lo reprocharía y sabría comprenderme ya que, salvando las distancias, no tengo ningún Federico Engels a mano). No soy revisionista a secas, como usted dice, confundiéndome (por ignorancia o por picardía) con Ibarguren o Irazusta. No soy rosista, soy de la línea: Moreno, Artigas, Dorrego, los caudillos federales (en especial El Chacho y Felipe Varela), el PAN en su época antimitrista, Yrigoyen y Perón. Esta reivindicación, hecha desde una Izquierda Nacional, que apoya todo movimiento antiimperialista tratando siempre de mantener su independencia ideológica, política y organizativa, es decir, “Frente Obrero” en el 45, representada luego, por bastante tiempo por Abelardo Ramos, salvo sus últimos años. Asimismo, me siento latinoamericano de Martí, Sandino, Fidel, El Che, Evo, Chávez, Correa y tantos otros. Me considero, sobre todo un militante y por ello he sacrificado mi interés por la literatura y la cinematografía. En música, cero. Salvando también la distancia, digo, como Jauretche, que no distingo la marcha peronista de la marcha de la libertad. Desde esa perspectiva de I. N., estoy más a gusto en la CGT de Moyano o en la CMP de D’Elía, que viajando por Europa o asistiendo a fiestas de embajada. No soy kirchnerista pero apoyo a este gobierno. Lo considero lo mejor que hubo desde que murió Perón, más allá de limitaciones y carencias, que son propias de una sociedad fuertemente golpeada por la dictadura genocida, la frustración de Alfonsín, la traición de Menem, la estupidez de De la Rúa, el derechismo de Duhalde, etc.. Me defino así porque creo conocer donde está el enemigo principal, la correlación de fuerzas y el nivel de conciencia política de los trabajadores y de los sectores medios (algunos de éstos, me aterran). Por eso, jamás se me ocurriría hacerle juicio penal a Cristina por mal desempeño, porque no corresponde y porque la pondría al borde del juicio político, para solaz de Cobos y la “nueva unidad democrática” y además porque entonces eso debiera habérselo hecho a todos los presidentes anteriores (incluso legisladores) y hacerlo ahora es demasiada complicidad con los destituyentes. Este gobierno avanza todo lo que puede y si llegase a caer, no deliremos que va a venir algo mejor, sino la derecha más reaccionaria.Algo más: integro la corriente política Enrique Santos Discépolo, dirijo el mensuario “Señales Populares”, adscribo a Carta Abierta. En lo fundamental, tengo la certeza de que el futuro es nuestro, de los trabajadores, en el camino de la liberación nacional y la unidad latinoamericana, hacia el socialismo. Sólo ocurre que, “como lechuza largamente cascoteada”, sé distinguir los enemigos y los tiempos. Creo que Trotsky era el que decía que hay gente que confunde 1905 con 1917 ó, ahora en el bicentenario, 1810 con 1816. Y para terminar, me acuerdo de Cooke. El le decía a Hernández Arregui: el intelectual se define sobre el trazo largo de la historia, pero el político tiene que definirse hoy y aquí, todos los días, teniendo presente aquellos objetivos finales, pero sin perder conciencia de en qué momento y en qué lugar está actuando. Creo que algo de esto es lo que nos aleja. Disculpen la extensión pero, en verdad, preferiría que no se ocupasen de mí y profundizasen la discusión sobre la naturaleza histórica del kirchnerismo y cuál es la mejor forma de ayudar a Argentina y al resto de América Latina en estas luchas que van hacia el 2011.
Con un saludo,
Norberto Galasso


Agrupación Norma Arrostito
Nacional, popular e indigenista
www.anarrostito@gmail.com

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