domingo, 23 de agosto de 2009

A.N.A.

AGRUPACIÓN NORMA ARROSTITO


Lo mas parecido a lo que nos pasa cuando contamos que el nombre de la Compañera Norma Arrostito fue el que elegimos para la agrupación que no con poco esfuerzo estamos pariendo entre los y las que somos y nos parecemos, es esa onomatopeya masificada por las hinchadas en una cancha de fútbol, que surge cuando la pelota pega en el palo, sabiendo, desde una u otra tribuna, que lo mas justo era que aquella jugada terminara en gol.

Con el debido respeto que cada cual nos merece y si es que tiene ganas de escucharnos, le decimos que no tenemos ningún prejuicio en llamarnos como nos llamamos, y que por el contrario, tenemos la convicción de la responsabilidad, el compromiso, y la humildad que implica el orgullo que nos causa el haber elegido llamarnos así.

La Compañera Norma Arrostito, “La Gaby”, es una de las figuras representativas de una generación que nos genocidaron y que hoy por hoy nos hace (tanta) falta. Generación a la que nosotros reivindicamos por revolucionaria, por romántica, y, sobretodo, por haber puesto los ovarios y las pelotas, en algunos casos incluso a costa de su propia vida, justamente por una Argentina totalmente distinta a la que los milicos y los sucesivos gobiernos neoliberales nos llevaron. Una Argentina en la que comiéramos todos y todas, una Argentina como la que les toco vivir a nuestros ancestros, allá por 1946, cuando entre Perón y Evita la felicidad de los niños y las niñas, de los humildes y de los trabajadores, era lo único que de verdad importaba. Le guste a quien le guste y caiga quien caiga.

Por hacer una reseña histórica debemos mencionar que Norma Arrostito al momento de su desaparición forzada tenía 37 años, lo cual incluso nos permite agregar que no es exclusivamente a la “generación setentista” a la que exaltamos al bautizar con su nombre nuestra agrupación, sino más bien, a toda la tradición de lucha y resistencia de un pueblo que a pesar de los golpes, de los fusilamientos, los compañeros muertos, los desaparecidos, no lo han vencido, y del que nosotros formamos parte.

Por supuesto no faltara quien nos proponga (o incluso intente imponernos) un planteo demonizante de la figura de “La Gaby” subrayando su militancia en Montoneros; y hasta seamos acusados de soñadores desvergonzados por los “suchi-tecnocratas” que (al igual que “el Pituca” de la canción “El arte del buen comer”, de los Redonditos de Ricota), ni bien ocuparon un cargo en una “suboficinita” del Estado, se creyeron “que eran el mejor culo para su sillón”, y que solo desde allí se sostiene la lucha por llevar adelante un proyecto de liberación.

En absoluto sentimos vergüenza por la Compañera Esther Norma Arrostito, por el contrario, se nos infla el pecho de orgullo al llamarnos así.
En todo caso vergüenza deben sentir los traidores, (desde “el príncipe de Anillaco” en adelante), que Domingo Cavallo y Rodolfo Daer de por medio, destruyeron los derechos que promulgara el General Perón, empujando a la clase trabajadora y a los humildes de esta tierra, a una situación de esclavitud y mendicidad de la que hoy todavía estamos pugnando por salir.
No podemos sentir vergüenza de recoger el nombre (y pretender llevarlo como bandera a la victoria), de una mujer que al igual que Juana Azurduy, Bartolina Sisa, o Evita, ante la injusticia social, la entrega de las riquezas al imperio de turno y los despiadados ataques de los poderosos, no dudaron en la vía de la lucha armada.
Vergüenza, en todo caso, deberán sentir los canallas que usufructúan de la nefasta cultura patriarcal del poder, y los/as que sostienen la sumisión de la mujer como mandato divino.
Vergüenza les debería dar a todos aquellos que prefieren ver morir miles de adolescentes (interrumpiendo un embarazo no deseado en forma clandestina), a tener que aceptar la urgente necesidad de debatir la descriminalización del aborto, porque aquello implicaría contrariar el mandato dictatorial de una iglesia machista que poco, cuando nada, respeta la vida, y se ha trasformado en una institución lucrativa que, (entre otras cosas), se opone a una justa redistribución de la riqueza.
Vergüenza por el nombre que eligieron tienen que sentir los que se llamaron “Revolución Libertadora”, “Proceso de Organización Nacional” (mitrista), o de “Reorganización Nacional”, “Conquista del Desierto”, “Liga Patriótica Argentina”, o “Mesa de Enlace”, para camuflar, (detrás de un mote impregnado de supuesta argentinidad), su naturaleza vendepatria y llevar adelante la entrega del País, sin escatimar la sangre ni de indios ni de gauchos, (tal cual lo describiera el animal de Sarmiento), o sin siquiera sonrojarse ante la reivindicación burlona e hiriente de toda una familia de despiadados como son, fueron, y serán los Martínez de Hoz.

Nosotros somos nietos de la Resistencia Peronista y nos sentimos hijos de esa “juventud maravillosa” que creyó aquello de que lo imposible solo tarda un poco más.

Nuestros ancestros son los pueblos originarios que primero lucharon contra los conquistadores españoles; que luego se vieron obligados a defenderse del genocidio perpetuado con el afán de beneficiar a la oligarquía porteña y a sí mismos, arrasando comunidades, y que hoy, a poco mas de quinientos años de exterminio sistemático, no tienen otra opción que seguir resistiendo desalojos violentos que se “dicen” legales, persecuciones como las que ocurren en Chiapas, la que en junio de este año Alan García y el ejercito peruano llevaron adelante en el Departamento de Amazonas con un saldo de cincuenta habitantes originarios muertos, o la masacre de Pando: en donde algunos se olvidaron de su sangre aymará y asesinaron a sus propios hermanos creyendo que así pertenecerían a la misma clase que los oprime e intenta aniquilar todos los días. O lo que sucede en nuestra Patagonia ante el avance indiscriminado de “TODOTENIENTES” como Benneton, o el “republicanisimo” Marcelo Tinelli, que continúan empujando a nuestros hermanos a la miseria, en parcelas de tierra improductibles que ocupan menos espacio que el jardín botánico que “la patrona” mando hacer en la Estancia, con los nombres de las plantas en ingles.

Hoy “los indios” somos todos y todas, y nos quieren seguir atropellando.
Las multinacionales y las empresas privatizadas que le pertenecen a los mismos que hace mas de un siglo manejan desde las sombras un modelo de país excluyente, ante un proyecto redistributivo que, apenitas, amenaza sus intereses, así como ayer se iban a golpear las puertas de los cuarteles, hoy tocan el timbre de la puerta de los grandes medios, o incluso, la de la embajada yanqui.


El nombre Norma Arrostito remite a la convicción revolucionaria que todo militante debe tener para reconocer que los dogmas de la izquierda tradicional solo nos sirven como una herramienta de análisis (teórico por supuesto) para subvertir la realidad, ya que los cánones ideológicos institucionales del capitalismo se repiten en cada sociedad.

“La Gaby” es “la” figura femenina, después de Evita, de la tendencia revolucionaria del movimiento popular más grande de toda la historia argentina, y decidimos ponerle su nombre a la Agrupación por haberse convertido, probablemente sin quererlo, en la referente natural de todas las mujeres de dicha tendencia. Porque ella amo perdidamente la causa del pueblo que luchó y resistió para que el viejo general volviera a su Patria a hacer respetar los derechos de “los descamisados de la Eva”, vulnerados sistemáticamente en diecisiete años de proscripción y de exilio; y por haber logrado con su vida (y hasta con su desaparición y su asesinato) traspasar las fronteras cronológicas de su época siendo un ejemplo de combatiente revolucionaria.

Asumimos que nuestro nombre sonara como una ofensa en varios espacios institucionales y/o políticos que no tengan un debate saldado con respecto a lo que realmente sucedió en nuestro País desde 1955 en adelante, y que dichos prejuicios provocaran que se cierren muchas puertas; entendiendo a estos espacios, (aun cuando allí, puertas adentro, participen algunos/as compañeros/as), como sitios en los cuales, mas temprano que tarde, sé priorice la “carrera” de uno o más de sus dirigentes, a la formación ideológica de los/as dirigidos/as.

También por eso hemos elegido el nombre de la Compañera Norma Arrostito; y además, porque en él se expresa nuestro sentimiento de asco a la derecha vendepatria que habita en todos los sectores, como así también el rechazo a los críticos (los iluminados de siempre), disconformes con todo menos con la revolución del 17; y a las dogmáticas empresas que dejo algún bolchevique como legado para poder luchar contra el imperio.

Porque somos repelentes al “medio pelo argentino” que pretende ser el verdugo tatuado y millonario del mañana (y del presente), tanto así como a ese “clasemediero” inescrupuloso y egocéntrico que da vuelta la cara cuando ve a un hermano mendigando gracias a sus votos liberales que solo buscaban licuar su mediocridad teniendo 1 dólar peso en la billetera. O incluso, a la “doña Rosa” del bastardo de Bernardo Neustad (al que deben estar vomitando los gusanos), que se embota en la televisión (la caja que de boba ya no tiene nada) esperando a que el “mercenario chupamedias” de Jorge Rial le cuente que dieta siguió tal o cual blonda para ser por siempre joven y delgada. En fin: al que nos vende que Nike es la cultura.

Nos llamamos Agrupación Norma Arrostito porque sentimos que ella aglutina en su nombre a todos los “Fermín” y “Lucia” que militaron en los barrios (hayan dado su vida o hayan sobrevivido) luchando por cambiar la realidad para ellos, ellas, y para todos los nosotros que somos y nos parecemos.

NACIONAL, POPULAR Y ORIGINARIA

No sabemos la militancia de otro modo.
Nacimos en Argentina, la amamos, y (aun cuando nos sentimos profundamente hermanados con todos los pueblos latinoamericanos), entendemos que para que ese enamoramiento no sea algo platónico y se vuelva palpable, tenemos que empezar por colaborar desde todo cuanto hagamos para resolver las necesidades de los compañeros y las compañeras metiendo “las patas” en el barro, antes que ir predicando versículos importados de Ucrania cual si fuéramos los pastores bendecidos de alguna secta iluminada.

Los de arriba, (que nos hambrean para luego criminalizar nuestra pobreza), no solo están muy bien organizados en pos de la defensa de sus mezquinos intereses, (“La mesa de enlace” y la Unión Industrial Argentina son claros ejemplos); sino que también cuentan con lo que se llama conciencia de clase.

Los de abajo, obligados diariamente a “remarla para salvar el puchero”, con suerte tenemos conciencia del presente individual, (sin comprenderlo como presente colectivo), de hambre y de frío, sin educación y salud para todos y todas, e intentando, (empujados por los medios de comunicación, ya que la atomización popular es lo que más les conviene), pisar la cabeza del que tenemos al lado para parecernos a los iconos del triunfo que tanto publicitan por la televisión.

De esto se desprende que los que tenemos la obligación de organizarnos somos los ninguneados, porque resulta prioritario retejer lo social, que inevitablemente en la dialéctica de un Estado-Nación: es popular.

Creemos en el Socialismo Nacional como escalón previo a la Patria Grande con la que soñaron y por la que lucharon Moreno, San Martín, Cooke y Abal Medina, y que aquí se llama lisa y llanamente PERONISMO.

Están tod@s invitad@s.


Agosto de 2009

AGRUPACIÓN NORMA ARROSTITO
Nacional Popular e Indigenista
Anarrostito@gmail.com

"Unidos Somos Fuertes, Organizados Somos Invencibles"