Al Compañero que se levanta a las cuatro de la mañana para subirse a la bicicleta y pedalear cuarenta cuadras hasta la estación a tomar el tren (que encima viene hasta las tetas) para ir a laburar, y que cuando pasa por “la pintada” que se mandaron los pibes siente el orgullo de saber que es para él.
Al “enano” que con sus catorce años recién cumplidos intenta romper con militancia la lógica de autodestrucción a la que las adicciones arrastraron a su padre, y oriento su rebeldía en una lucha incansable contra un sistema que lo único que le propone es que se de por vencido ante la adversidad.
A la Compañera que (muy a su pesar) deja a Eva a cuidado de la vecina y se va a la cooperativa en donde la espera la carretilla y la pala, y propone organización popular en el mismo lugar donde algún intendente solo ve una tropa que satisfaga su languidez de masas para uno que otro acto donde se inaugure la puerta de un hospital.
Al estudiante que nuca renegó de su identidad política y putea hasta el hartazgo ante la indignación que le producen profesoras/as para los cuales el Peronismo es una mala palabra; y a quien hoy (da la puta casualidad) los futuros fiscales del PRO, los socialistas (mas o menos dogmáticos) y aquellos que se hicieron docentes haciéndole la venia a Camps, lo observan como una amenaza que pretende llenar las aulas de “populacho”.
A la que recibe criticas despiadadas de parte de sus vecinas: señoras de dos o tres apellidos que no entienden como es que se les infiltro una “montonera” en un barrio en donde el costo de vida esta pensado justamente para gente pudiente, que no se anda haciendo mala sangre por si los pobres trabajan, o viven de las sobras que dejo el “can”.
A aquellos/as que se asumen Peronistas hasta para dormir la siesta: desde el 2003 en adelante, aun en los 90 y a pesar de andar tirándole piedras al hijo de mil puta del turco traidor de Anillaco, o desde las etapas anteriores, cuando había que tener mucho mas huevos u ovarios para andar pintando por la calle “Luche y Vuelve”.
Al que no cree en esa patraña de. “él que gana conduce y él que pierde acompaña” que instalaron los que vieron (y ven) en el Peronismo la herramienta para el enriquecimiento personal; y adrede, olvidaron de que los hombres van últimos, ya que Primero viene La Patria y después el Movimiento.
Al que la oligarquía encasillo como negro de mierda descerebrado, y la izquierda como el lumpen proletario que es arriado como ganado, y sabe perfectamente porque fue al acto de Cristina en “La Gardel”, o a la cancha de River a escuchar a Moyano, y no solo eso, sino que además se reconoció en otros laburantes que (al igual que él) salieron a defender “el proyecto” del ataque constante de las corporaciones.
Al que no entiende y observa con tristeza lo que ocurre en la CTA, donde (supuestos) compañeros que se jactan de intachables, hoy están envueltos en una maraña judicial sin precedentes que los emparenta con los fraudes que ellos mismos adjudican a la tan mentada “burocracia sindical”.
Al que sale a la puerta a fumar un “puchito”, observa como el Tilo florece a pasos acelerados en medio de la irrupción de la primavera, y (fanático) lo compara con el crecimiento del movimiento revolucionario de mayor raigambre en las masas populares argentinas: el Peronismo.
A la “viejita”, que repite que no hay nada mas lindo que el Día de la Madre un 17 de Octubre.
A los/as que la aristocracia desprecia.
A los que los internacionalistas aborrecen.
A los/as que salen en las fotos de “6,7,8” haciendo la V.
A los/as militantes de todas las edades que nos acompañan en esta lucha diaria por una Patria Justa, Libre, y Soberana.
A aquellos Compañeros y aquellas Compañeras que todavía no conocemos y sin embargo sabemos que con ellos y ellas podemos contar.
A Lis, a Damian, a Fernando, a Marquitos, al Gallego, al Chino, a Mariano, al “Core”, al Witi, al “Kano”, a “Pancho”, al “Chiqui”, al “Bugui”, al “Cabezón”, y a tantísimos otros cumpas con los que nos gusta luchar y cantar: “Los muchachos peronistas, todos unidos triunfaremos”
FELIZ DÍA DE LA LEALTAD PERONISTA
